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| lunes mayo 6, 2024

Sobre Israel, Los Palestinos Y Los Judíos

Nuevas Formas Y Discursos, El Mismo Odio


Cualquiera que leyere estas líneas podrá estar de acuerdo conmigo (o no), con respecto a que de todos los odios hacia grupos o minorías (negros, minorías sexuales, extranjeros, etc.), no hay como aquel que tiene por objeto a los judíos. Y ahora tomo la parte por el todo al decir «los judíos», como si se tratara de una masa homogénea —error lógico intolerable si se quiere ser serio— para referirme a dicho grupo. Lo hago así porque, habitualmente, de esa manera funciona la judeofobia. Judeofobia es sinónimo de antisemitismo, pero como no faltará el pretendido filólogo experto en lenguas antiguas —las conozca o no— de turno que, para deslindarse de reconocer su odio cerril hacia los judíos, refiere que, como los árabes son semitas (ya sea que se entienda por semita a los descendientes de Sem —Shem en hebreo: nombre—, hijo de Noé, o a los que hablan lenguas semíticas. En esta cuestión no entro ni de ella salgo: desde el nacionalismo árabe palestino nazi de Haj-Amín Al-Husseini —el muftí de Jerusalén que visitó a Hitler—, pasando por Nasser de Egipto —el que decía que iba a echar a los judíos al mar—, hasta los árabes musulmanes radicales de hoy —Hamás, Hezbollá, Jihad Islámica, ISIS, etc.— no hay ninguna expresión que no haya querido borrar a los judíos de la faz de la tierra o que así no lo manifieste a todas luces) sería imposible atribuirles antisemitismo. Para no caer en estas banalidades, cuando hablo de antisemitismo y judeofobia, me refiero al mismo fenómeno —si el lector está atento no tengo que repetir de qué se trata este—. De hecho, el termino «antisemitismo» fue acuñado por un antisemita alemán de nombre Wilhelm Marr (1819-1904). El vocablo «Judeofobia» es contemporáneo al anterior, acuñado por León Pinsker (1821-1891). Respecto del error lógico mencionado al principio —tomar la parte por el todo—, es una de las tantas formas en las que actúa el judeófobo. El silogismo puede explicarse así: «sé que hay un judío rico, luego todos los judíos son ricos». «Conozco un judío estafador, luego todos los judíos son estafadores». Imaginen la situación que quieran y pongan al sujeto «judío» y siempre dará, para el judeófobo, lo mismo, ad infinitum. No importa de qué, los judíos tienen la culpa, y la tienen siempre, incluso cuando son masacrados. Esto sin decir que la mayor parte de la gente en todo el mundo no vio ni verá jamás un judío en su vida —son menos del 0,2% de la población mundial—.

¿COSA DEL PASADO?

Si una cosa quedó clara —al menos para quien escribe— desde el 07/10/2023, ya conocido en hebreo como Hashabat Hashjorá (el sábado negro), es que si algunos judíos parecían estar obsesionados con el antisemitismo, la realidad les da la razón, y si algunos judíos pensaban que ese antiguo odio había sido superado, hoy ven con espanto que gente que no los conoce, o peor aún: gente que sí los conoce y con la que han tratado o incluso tienen (o tenían) alguna relación, llama a su aniquilación. No es por Hamás, esos criminales manifestaron siempre el deseo de aniquilar a los judíos (también a los cristianos, pero primero a los judíos porque son quienes se atrevieron a erigir un Estado en Tierra Santa Islámica, Dar El-Islam). Ni sorprende tampoco —al menos no a mí— la barbarie con la que actuaron y actúan. Lo que sorprendió a los bienintencionados (judíos y no judíos) es ver que, siendo que el Estado Judío fue atacado de manera atroz, con las imágenes que los jihadistas se encargaron de difundir con orgullo, es que esa horda de carniceros recibió simpatías por doquier, y en cambio el Estado agredido acusaciones de todo tipo (incluso es llevado por Sudáfrica a la Corte Penal Internacional). Y esto es lo que, a mi juicio, más debe preocupar: los judíos en todo el mundo se sienten amenazados, y lo están. En distintas ciudades del mundo, y sobre todo en la Europa «progresista», se vieron manifestaciones judeófobas e incluso circularon imágenes de gente con banderas de ISIS. Quizá los gobiernos europeos están subestimando al radicalismo islámico que tienen dentro, que encuentra puntos en común con el neonazismo y la extrema izquierda. Sí, es la misma Europa en la que hace no tantos años seis millones de judíos fueron masacrados solo por haber nacido (judíos). En este contexto, el ataque del 07/10/2023 se posiciona como el peor atentado terrorista sufrido en la historia del Estado de Israel (que a pesar de ser corta tiene un largo historial de guerras y de atentados), y la mayor masacre de judíos en un día desde el Holocausto. Repito esto último: la mayor masacre de judíos en un día desde el Holocausto.

 

QUIENES SON LOS JUDÍOS

Tanto cuando los nazis llenaban los trenes con gente que luego iba a parar a Auschwitz, como cuando Hamás tira misiles o fusila, apuñala, decapita o quema judíos, no se fijaban aquellos, ni se fijan demasiado estos, qué parte de la Torá cumplen y cuál no. Es decir, no se los persigue por ser de religión judía, tal afirmación sí corresponde a la Edad Media de la cristiandad y de los califatos, pero no al nazismo y de seguro no al radicalismo islámico actual (a pesar de que los musulmanes consideran que la religión de Mahoma es superior a las demás, por tanto, la religión judía, para ellos, tanto como la cristiana son una «religión anulada» Din Batel). Es ridículo pensar que se los mata por su religión siendo que muchos de los asesinados (tanto en el nazismo como por el terrorismo palestino) no pisaron ni pisan una sinagoga nunca. Aquí debo detenerme en algo: muchas veces los terroristas sí atacan a judíos ortodoxos pero eso responde a una sencilla razón: si no fuera por la vestimenta de los ortodoxos les sería muy difícil, en lugares donde viven juntos, distinguir quién es judío y quién no. Hay palestinos rubios con ojos celestes, y hay judíos morochos con ojos marrones, y viceversa. Parece ridícula la aclaración, pero no la haría si no hubiera gente que piensa que los judíos en Israel son una suerte de blancos colonizando a una población racial diferente (con esto doy por tierra la afirmación de que los judíos son una raza). He dicho que los judíos no son una religión y que no se los persigue por practicar el judaísmo, ahora afirmo que tampoco son una raza: ¿qué tiene que ver un judío etíope, o un marroquí, o uno cuya familia emigró de Bagdad, con un judío de ascendencia polaca?, por tanto afirmar así que los judíos son una raza es ridículo. Bien, se me preguntará: si no son una religión, ni son una raza, ¿qué son? A lo que respondo que son un pueblo, una nación en el sentido étnico de la palabra, sentido que es muy anterior al concepto de nación política. Voy a poner ejemplos a mi arbitrio de naciones étnicas: mapuches, incas, gitanos, árabes, persas, fenicios, germanos, francos, etc. Algunas de estas naciones étnicas lograron consolidar una nación política, un Estado (en el caso de los árabes, muchos). Teniendo en cuenta lo expuesto y para honrar la brevedad en la medida de lo posible: la nación étnica judía logró tener su nación política en 1948, el Estado de Israel.

LOS PALESTINOS  

Si parece complicado definir qué es un judío, a priori parecería más sencillo decir qué es un palestino. Y se entiende por tales a los árabes que viven en los territorios que actualmente están bajo autonomía palestina, ya sea de la Autoridad Palestina de Cisjordania o bajo el gobierno de Hamás en Gaza (enemigos acérrimos). Pero si no revisamos la Historia, los datos y los contextos podemos terminar reduciendo todo a una narrativa que demoniza al Estado Judío repitiendo tonterías como que los palestinos (entendidos únicamente como los árabes palestinos) vivían allí en una perpetua paz presente hasta que llegaron los judíos a quitarles su tierra. De hecho se dice que en la Palestina anterior a la existencia del Estado de Israel judíos, árabes y musulmanes convivían en paz; basta revisar la Historia para afirmar que esto no tiene sustento (verbigracia: la masacre de Deir Yassin, la masacre de Hebrón, el atentado al Hotel King David, etc.), y, a decir verdad, árabes y judíos conviven en paz todo el tiempo en la actualidad, y también, a su vez, árabes y judíos están en conflicto todo el tiempo. Esta falsedad —de la paz anterior al Estado de Israel— merece ser refutada desde el inicio. En principio, los que hoy son llamados palestinos pertenecen a la nación étnica árabe, originaria de la península arábiga (con esto no estoy diciendo que no tienen derecho a vivir donde por muchos años se asentaron sus familias. Lo que no se puede tolerar, a mi juicio, es que pretendan borrar la historia y hacer de cuenta que no existieron judíos allí mucho antes de que existiera la palabra Palestina). La confusión es enorme si no se comprende que Palestina es el nombre de una tierra, «rebautizada» así por el emperador Adriano en el año 135 d.C. (antes llamada Judea), y el propio nombre tuvo la intención de humillar a los judíos, ya que corresponde a los antiguos enemigos de Israel, los filisteos. Bien, hasta el año 1948, en el cual se estableció el Estado de Israel, tanto los judíos como los árabes que vivían allí eran llamados palestinos, por una sencilla razón: vivían en esa porción de tierra llamada Palestina, que en aquel momento estaba dominada por una potencia ocupante: Gran Bretaña, y antes por el Imperio Otomano. Hoy, hay alrededor de dos millones de árabes israelíes, árabes que tienen ciudadanía israelí y pertenecen al Estado de Israel (aquí vemos funcionando los conceptos de nación étnica y nación política de los que hablé: pertenecen a la nación árabe, y sin embargo tienen ciudadanía israelí). Esto no debía ser así, ya que el plan de partición era que existiera un estado árabe y otro judío. La guerra movió las fronteras (más que fronteras son líneas de armisticios) y cualquier lector podrá sospechar quién invadió a quién. Y, aunque contradiga las narrativas comunes en los medios de comunicación y redes sociales, y aunque circulen mapitas verdes totalmente incorrectos, tendenciosos y mentirosos, si hoy los palestinos tienen cierta autonomía, como he mencionado sobre los territorios en Cisjordania y Gaza, es porque Israel se la dio. Sí, lamento decepcionarlos (los Acuerdos de Oslo). Luego de la guerra de 1948 Cisjordania quedó en poder de Jordania, y la Franja de Gaza en manos de Egipto. Es decir, tanto Gaza como los territorios de Cisjordania, estaban bajo dominio de países árabes vecinos que, para variar, no les dieron ningún tipo de autonomía ni reconocimiento a los árabes palestinos (hoy son refugiados allí donde estén, incluso en los territorios bajo su gobierno). Estos territorios, junto con los Altos del Golán, el Sinaí y Jerusalén oriental, fueron conquistados por Israel en 1967, en la famosa Guerra de los Seis Días. La Franja de Gaza fue entregada a la Autoridad Palestina, al igual que gran parte de Cisjordania, ciudades como Belén, Ramala, Nablus, Jericó, etc., son de autonomía palestina y los israelíes tienen prohibida la entrada (también Jordania ejerce el control sobre Haram esh Sharif, es decir El Noble Santuario, el famoso Monte del Templo, en Jerusalén). En 2005 Israel se retiró por completo de la Franja de Gaza, en 2007 Hamás se hizo con el poder. Hoy se ve a todas luces lo que han hecho con los millones de dólares de ayuda humanitaria. El 100% de los palestinos de Gaza viven bajo gobierno palestino —de Hamás— y el 91% de los palestinos de Cisjordania están gobernados por la Autoridad Palestina, que dicho sea de paso, si no fuera por Israel, ya habría sido derrocada por los grupos islamistas que operan allí. Recapitulando: la identidad del pueblo palestino como tal y en el sentido actual es muy tardía, ya que siempre se reconocieron parte de la nación árabe (de hecho, la bandera Palestina tiene su origen en la rebelión árabe —contra los otomanos— en 1916). Con esto no estoy diciendo, como he mencionado, que no tengan derecho a vivir en sus territorios. El problema es que la otra parte (o las otras partes, dado que los palestinos, como se vio, no están bajo un mismo gobierno) le niega el derecho a los judíos a habitar en su tierra (digo su tierra tanto por la evidencia arqueológica de la presencia judía en el territorio, cuanto por la resolución 181 de la ONU de 1947 que ordenaba la partición de la tierra en dos Estados) y ha rechazado absolutamente todas las ofertas de paz. Cuando cantan «desde el río hasta el mar, Palestina será libre», no están hablando de un territorio en Cisjordania, ni de dos Estados, sino que hacen mención a todo Israel. Es decir, para ellos (sería ridículo afirmar que para todos) todo Israel es territorio palestino ocupado, o sea que hay que desmantelarlo. Sea como fuere que surgen estos pueblos (tanto el judío como el palestino), la realidad es que ambos hoy existen en ese lugar, y ninguno piensa irse. El conflicto es constante porque la cosmovisión de una y otra parte son sencillamente antagónicas.

 
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