Es difícil escribir estas líneas con tranquilidad habiendo escuchado esta tarde el discurso del Primer Ministro saliente Biniamin Netanyahu en la Kneset, horas antes de asumir el nuevo gobierno y pasar él a convertirse en jefe de la oposición. Es que duele ver al político quizás más capaz en la historia de Israel, una figura de gran nivel que tantos años dedicó a la vida pública, actuando como quien no sabe perder, no logra siquiera desear suerte a su sucesor ...