A partir del jueves 12 de diciembre, las plazas de Jerusalem –y especialmente la Ciudad Vieja- se convirtieron en uno de los paisajes más pintorescos del mundo. Cubierta con casi medio metro de nieve, la Ciudad Santa unió a niños y adultos de diferentes credos y nacionalidades a través de la misma sensación de disfrute y aventura. El lugar más dividido del mundo en aspectos políticos e ideológicos juntó a judíos y palestinos en risas y juegos. El anticipado invierno, ...