El Gobierno de Israel ha aprobado una reforma de la Ley de Conversión al judaísmo cuya novedad más importante, y quizá la única realmente reseñable, es que la potestad sobre la conversión, que sigue siendo competencia exclusiva de la rama ortodoxa, se abre a rabinos datim leumim, ortodoxos también pero más laxos y flexibles en la aplicación de la halajá (la ley religiosa) y, sobre todo, sionistas; se elimina así el monopolio de los rabinos jaredim (ultraortodoxos) sobre la materia. Hemos ...