A la cárcel, líderes corruptos, que una vez fueron ejemplo de transformación y hoy lo son de manutención. A la cárcel, porque se convirtieron en robots amorfos de gestión sin ideología. A la cárcel, porque sólo prometen lo que quiere oír la gente; porque son un trust que defiende sus propios intereses y no los de sus electores; porque corrompieron a Israel y a sus instituciones, cada vez más ...