Habiéndose convertido, en la última de sus múltiples transformaciones, al Islam, la cantante irlandesa Sinéad O’ Connor soltó por ahí que la gente blanca es asquerosa, comenzando por ella misma. De un plumazo dejó de ser una estrella y se transformó en una odiadora profesional, una justiciera retrospectiva, una santa laica que en lugar de suicidarse-cosa que siempre estuvo en su cabeza-ahora festeja el suicidio de los otros, en concreto si son hombres-bomba islámicos y atacan objetivos occidentales, que merecido ...