Desde mi posición como periodista en Israel, encaramado en la línea de falla entre las preocupaciones occidentales y el país donde vivo, me enfrento a una creciente brecha en la percepción. La brecha se hace evidente en las conversaciones con los visitantes que llegan a Israel para una breve visita (al menos cuando «volar hacia” era algo que sucedía) o con aquellos que se interesan en este lugar desde lejos. Estos observadores han formado una imagen de Israel basada en ...