Se reintrodujo desde los márgenes en los que se había escondido, donde las convicciones avergonzadas prueban la resistencia de su apariencia verdadera, sin los afeites de ese mínimo escrúpulo. A través de personajes infames, ridículos, casi de la comedia del arte, histriones que llevaban al extremo la interpretación del prejuicio; medios y voces periféricos con su dosis de financiación totalitaria. Sondas para probar la aquiescencia, la predisposición, su consentimiento silencioso a volver a la práctica abierta del antisemitismo: para convertir ...