Por Horacio Vázquez-Rial La semana pasada asistí a una reunión de amigos en la que, entre otras cosas, se habló del islam. Los presentes eran personas con altísima formación e ideológicamente heterogéneas, y sin embargo hubo acuerdo en una cuestión: también nosotros somos una parte del problema. La cosa estuvo dando vueltas por mi cabeza durante unos cuantos días. Llevo muchos años, y mis sufridos lectores lo saben, hablando de la expansión islámica ...