Las revueltas callejeras, no sólo las que en el mundo árabe se calificaron de primaverales, sino también las de Ucrania, Venezuela y hasta de nuestro país, no siempre traen resultados más positivos para las masas que reclaman cambios. A veces sucede justamente lo contrario. Desde los albores de la Edad Contemporánea, la violencia de las masas ha establecido una batalla desigual con las actitudes más civilizadas de grupos, aún mayoritarios. El paradigma de este enfrentamiento se dio hace un siglo cuando ...