Si desea llevar a casa una alfombra persa, hay algunas reglas simples. En primer lugar, nunca, jamás, agite un fajo de billetes. Segundo, interprete las tres primeras ofertas del dueño de la tienda como tácticas iniciales. En tercer lugar, nunca le pida al joyero del puesto de al lado que actúe de intermediario "para conseguir la mejor oferta". Cuarto, nunca, nunca, confirme que realmente quieres la alfombra. Pero lo que ha ocurrido con los sofisticados que dirigen las negociaciones nucleares de Irán ...