Es bien sabido que no se debe hacer promesa alguna estando ebrio, ni actuar presa de la cólera. Desgraciadamente, tiende a olvidarse que tomar decisiones movido por el sentimentalismo tampoco es buena idea. Y eso es, precisamente, lo que está pasando en Europa, donde tras la imagen de un pobre niño de tres años ahogado en sus playas se ha desatado un verdadero ataque emocional. Peor aún, los líderes políticos sienten que tienen que hacer algo para evitar ser vistos por ...